Fotos actualizadas de Rafael Parra Barrios:
lunes, 31 de octubre de 2022
El hogar de los abuelos
Poema de Rafael Parra Barrios dedicado a los abuelos, hijos y nietos
El hogar de los abuelos
En el regazo de la noche,
en el albor del conticinio,
me acompaña la oración,
que ofrendo a mis hijos;
párvulos y nietezuelos,
que ya, no tan niños,
andan en sus vuelos.
Ellos nunca fueron míos,
si de la libertad,
fuente de su propia luz.
En la antinomia filosófica,
florece la verdad,
ondean odas y banderas;
y la pluma,
mojada en el tintero,
colma de versos el cielo.
Estarán allí, existirán,
ícono de benditos tiempos,
su exégesis,
colma de versos el cielo.
Estarán allí, existirán,
ícono de benditos tiempos,
su exégesis,
marcará el rumbo,
quienes somos,
quienes somos,
donde estamos
y hacia donde vamos.
Identidad trascendente,
que avizora lo que viene,
cual brújula de la historia
que aupa a la gente.
Oh capuyos de mi vida,
jardín florido, están en mi,
siempre lo estarán,
en el frondoso parral,
y hacia donde vamos.
Identidad trascendente,
que avizora lo que viene,
cual brújula de la historia
que aupa a la gente.
Oh capuyos de mi vida,
jardín florido, están en mi,
siempre lo estarán,
en el frondoso parral,
aprendieron a vivir
y a conquistar el honor,
al compás de sus anhelos
en el hogar de los abuelos.
y a conquistar el honor,
al compás de sus anhelos
en el hogar de los abuelos.
Andrés Rafael Parra Barrios, hermano del alma
Semblanza de Andresito
Un 12 de agosto de 1963 nace en Cumaná, Andrés Rafael, Parra Barrios -Andresito-, cuyo parto fue atendido por el primo y amigo de la familia, Dr. Nobel Certad Millán, médico obstetra, que más adelante se convirtió en su padrino.
La vida de Andresito transcurrió entre Cumaná, Ciudad Bolívar y Barquisimeto, donde demostró hermandad,
inteligencia, sensibilidad social y un humor muy fino.
Fue un niño buenmozo, feliz y brillante. Siempre echando broma y compartiendo con la comunidad. Su carisma era arrollador. Con todos se las llevaba bien.
do hasta que empezó a padecer dolores de cabeza, al punto que tenía que retirarse en plena clase de la Escuela Acosta Ortiz, donde estudiaba, en varias oportunidades por tal motivo. Ese malestar se hizo reiterado y cada vez más agudo, lo que ameritó un chequeo médico, que diagnostico un tumor en la cabeza, adherido a la hipófisis, lo que ameritaba una intervención quirúrgica urgente, la cual se realizó en Caracas en el Instituto Diasnostico de San Bernardino, a mediados de 1975. .
La operación como tal era delicada, ya que por la ubicación del tumor, podía, según criterio médico, lesionar la vista, paralizar parcialmente el cuerpo o pasar lo peor. Llegó el momento de la operación y se complicó con una pancreatitis, lo que lo ubicó entre la vida y la muerte. Así los acontecimientos todos los hermanos se trasladaron a Caracas para prácticamente despedirlo. Al llegar vieron a Andrés hinchado, entubado y bueno con un cuadro nada alentador. Lloraron y sufrieron. Vivierob momentos muy tristes, no obstante la fe de su Mamá y de su Papá, la mantuvieron en alto, y paulatinamente se fue recuperando y se hizo el milagro. Andrés volvió a casa, nació de nuevo, caminó una vez más, y comenzó una nueva vida, con los efectos secundarios de la operación. Andrés se salvó, pero quedo con un tratamiento permanente, ya que tenía un desorden hormonal, además de diabetes insípida y mellitus. Su vida fue un vaivén, a veces bien, a veces mal. Los primeros días fueron los más difíciles, porque había que levantarlo y recuperarlo, para que volviera a la normalidad. Su mamá sacó en tan lamentable circunstancia, la casta de mujer guerrera, el temple de acero necesario para enfrentar la enfermedad de Andrés, y con el apoyo de la familia, pudo soliviantar la situación y afrontar hasta el final, su vida.
La enfermedad de Andrés tuvo un impacto en su conducta, ya que le impidió su desarrollo y quedó como un eterno niño, que le encantaban las barajitas, los álbumes, la música y era un gran glotón, pues se deleitaba con la comida de mamá, las arepas rellenas de queso y perico, los macarrones con pollo guisado, la ensalada rusa, el arroz con pollo y los bistec.
La valentía, el amor por la familia y el compromiso con la vida, lo mantuvieron de pie. Luchó, gozó, sufrió y guerreó hasta su epilogo, cuando un domingo, 9 de junio de 1991, fallece, luego de pasar días muy delicados. Antes de irse se despidió de todos con mensajes personalizados.
Andrés fue un gran ser humano, extraordinario hijo, un súper hermano y un amigo incondicional; un ser puro, bueno, solidario, resteado con la familia y la vecindad, que lo catapultaron a ser calificado como un auténtico Embajador de Dios en la tierra, en su morada familiar. Realmente tenerlo en el seno familiar, constituyó un honor y un privilegio, concedido por el Todopoderoso, pues su estadía de 28 años de vida, permitió convivir con una persona de excelsa calidad humana, la que disfrutamos a plenitud hasta que voló al Reino Celestial.
El recuerdo que guardó su mamá por Andrés fue sempiterno. Oraba y hablaba con él, todos los días. Él era y fue su eterno Angel Guardián. Su papá no soportó su ausencia, y dos años después murió. Sus hermanos, sentieron por Andrés, un amor infinito, una honda tristeza por su precoz partida y lo han tenido siempre presente en sus dias como un angel guardian.
Andrés Rafael fue un héroe, que luchó como nadie, para mantenerse de pie en el ámbito familiar, hasta los dias en que fue llamado por El Señor.
```Una vez un niño, que nunca dejó de serlo, llamado Andresito, el Catire, vino a este mundo a dar testimonios de fe y fraternidad.
Nació en Cumaná, un 12 agosto de 1963. Su paso por la vida fue breve, pero intenso, pues brindó hondas e imborrables huellas de amor que evocamos y sentimos, dado el privilegio de haberlo tenido y disfrutado en nuestro hogar.
Fue un embajador de Dios en la familia, a la que amó sin límites.
Le caracterizó un fino humor. A sus hermanos le tenía un apodo y su hermosa sonrisa estaba a flor de piel.
Con el paso del tiempo tuvo contratiempos de salud, que si bien lo incomodaban, nunca mermaron su espiritu y su voluntad.
Le encantaban las arepas rellenas con mantequilla y queso, un huevo frito y el Diablito Under Wood. Que no decir de los macarrones con pollo en salsa, la ensalada rusa y un buen toddy o la ovomaltina.
El catire, simpático, apuesto y carismático, hizo de la amistad en su eterno mundo infantil, un altar, en donde coleccionaba figuritas, llenaba álbumes y compartía con sus sobrinos, amiguitos y la vecindad.
Echaba cuentos, narraba historietas y le gustaba leer El Impulso y de vez en cuando, Yaracuy al Día. Muy culto, se interesaba por estar bien informado, hasta el punto de opinar sobre la política.
Tantas vivencias bonitas y anécdotas de Andresito, que hoy lo recordamos con cariño y honor, pues fue un gran ser humano, que se despidió de todos, dejando frases y testimonios de querencias inolvidables.
Le encantaba la canción: Mañana me iré... Un día, ese mañana musical llegó, cuando voló al Reino de Dios, un Santo Domingo, 9 de junio de 1991. Desde entonces es Ángel Guardian, que cuida de nosotros.
Descansa en paz, querido hermano del alma. Te extrañamos y te amamos como siempre```
Con profundo amor, tu hermano, Chucurito
San Felipe, 12 de agosto de 2022
Carmen de Ramirez: Centenario de su natalicio
Centenario del natalicio de Carmen Edelmira Garcia de Ramirez (1922-2022)
El verde paisaje yaracuyano lucía imponente y hasta más intenso, el azul de su cielo; anunciando nuevos horizontes. Un amanecer lleno de esperanza, avizoraba el porvenir. El advenimiento de cambios sonoros, afinados con el despertar del estusiamo, asomaban cantos y poesías, que replicarian en la especificidad espacio temporal, escogida por Dios, denominada la Colonia Agrícola de Durute, dandole la bienvenida a una honorable familia que de tanto volar, encontró su nido natural.
Durute, icono asociativo y competitivo de Yaracuy, fecunda senda de sembradíos, ganadería, avicultura y cosechas, tierra de gente emprendedora, fue el lugar que le abrió los brazos a quienes decidieron soñar su presente y futuro, como sucedió en 1953, con la familia Ramirez García, cuyas maletas llegaron repletas de sueños, que más adelante se hicieron realidad.
Su seno filial estaba compuesto por Fernando y Carmen, dispuestos con sus hijos, a luchar, dar frutos e insuflar las banderas de la libertad.
Con alegría y honda fe, empezaron a vivir y a disfrutar el trinar de las aves, el murmullo de la gente, el bramar de los animales, los tenues rayos del sol, el lenguaje de los ríos y los sonidos del viento, que refrescaban las utopías que metamorfeadas por sus inquietudes, abrazaban novedosos senderos.
De Durute a San Felipe, de la capital de Yaracuy, a Venezuela, y desde esta, al mundo, es el periplo histórico que transitó esta familia, en especial está dama venezolana de dimensión universal, pues su obra esta regada en el mundo y merece ser reivindicada.
Semblanza
La profesora Carmen Edelmira, Garcia Figuera, nació en la población de Upata, municipio Piar, estado Bolívar. Vivió en Caracas, en donde estudió en el IUEPC, en donde obtuvo el Título de Profesora de Historia y Geografía. Luego realizó estudios de postgrado en la Ciudad de Mexico en Ciencias de la Educación.
Al llegar a Yaracuy, se instalan en la Colonia Agrícola de Durute, fecunda zona, en donde sus planes empiezan a tomar forma y fuerza, con el firme propósito de dar amor, enseñar e inculcar valores, a un asentamiento y luego, a un estado, que ese año los vio llegar con todo el bagaje cultural que traían para compartirlo y cultivarlo en los predios sazonado con las manos laboriosas de un conglomerado productivo que necesitaba de su apoyo.
Carmen Edelmira Garcia Figuera contrajo nupcias con otro ilustre personaje, Profesor Fernando Ramirez, de cuya relación nacieron tres hijos, Francisco Fernando, Carmen Yurubí y Onaya Josefina.
El tiempo que vivió en Durute lo aprovecho para trabajar como maestra en la Escuela Rural Unitaria de la zona. También laboraba en el Liceo Arístides Rojas y desde allí se trasladaba en un carro rústico, en donde impartía clases de Historia de Venezuela, Documental y Critica; y Geografía Económica, entre otras. Veamos como su hija, Onaya Ramírez Garcia describe ese itinerario: "Por las tardes se encargó como maestra, de la Escuela Rural Unitaria de la Colonia de Durute y poco antes de salir el sol, ya conducía un viejo jeep, de la segunda guerra mundial, por caminos polvorientos, y cruzaba el río Yaracuy, por los lados de Boraure, para llegar a tiempo a dar clases en el único Liceo de Yaracuy para la época." Allí creó la Sociedad Bolivariana Larista. Paso a paso fue moldeando el camino que soñó, a través del ejercicio de la carrera docente, la política, la poesía, las letras, la investigación histórica, en especial la vida, obra y proyección de El Libertador, Simón Bolívar. También estudió al poeta cumanés, Andres Eloy Blanco y poetas yaracuyanos, como, por ejemplo, Manuel Rodriguez Cárdenas y José Parra.
Más adelante se mudan a San Felipe, en donde se da a conocer el talante democrático, la admiración por Simón Bolívar, la educación y el amor por Yaracuy, méritos que le permitieron ingresar a la política, logrando ser concejal y Presidenta del Concejo Municipal de San Felipe.
Siempre abrió espacios de participación ciudadana, en donde impulsaba sus creencias, principios y valores. De esta forma llega a ser Presidenta de la Sociedad Bolivariana, Directora del Liceo Arisrides Rojas, Co Fundadora de la Casa del Artista de San Felipe, primera Directora de la Bibloteca Felix Pifano, Cronista Oficial de la Ciudad de San Felipe, Directora Ejecutiva de la Cátedra Bolivariana del IUTY, en donde ejerció la docencia universitaria.
Sus letras y obras
"Las letras de Carmira estaban teñidas de un profundo amor por Yaracuy, y a este suelo dedicó su vida entera con el mismo sentimiento que le dedicó a su hogar, al lado de sus hijos y a sus eternos amores, mi padre, Fernando Ramírez, y El Libertador, Simón Bolívar" (Onaya Ramírez Garcia)
La Prof. Carmen de Ramirez era una intelectual de una vasta cultura, con un verbo sublime y seductor; y una pluma brillante que le permitió publicar importantes obras, destacándose como investigadora, historiadora, escritora y poetisa. Entre sus libros, destacan: Leyenda de Yurubí,
Mito de María Lionza,
Parque Minas de Aroa,
Parque Leonor Bernabó
Parque San Felipe El Fuerte, Las Muñecas de Carmira, entre otras.
Resaltó también como columnista del Diario Yaracuy al Día. Cada semanao publicaba artículos de opinión que expresaban prosas bolivarianas, republicanas y costumbristas, que exaltaban la identidad local. Formó parte de la de la empresa Promasa, a través de la revista "El Pilón", Escribió en el medio oficial del IUTY: "Apuntes", y en el Liceo Arístides Rojas, su pluma se hizo sentir en la revista "Yaracuy" y en el periódico "Humanidades", que fue un espacio de participación de alumnos, profesores y comunidad educativa.
Locutora profesional tuvo en la radio la oportunidad para refimensionar su sus dotes y replicarlos a las comunidades. Entre los programas radiales, resaltan : "La Voz Municipal", "Conozcamos a Bolívar" en el programa "Integración Yaracuyana"; "Algo más sobre Yaracuy". “Golosinas", programa infantil, y "Sembrando Futuro" del IUTY.
El Concejo Municipal de la capital, la declara en el año 1986, Hija Distinguida de San Felipe, un reconocimiento a su trayectoria, pero a su vez, especie de un acta de nacimiento, que le dio cualidad natal, dada la compenetración con la yaracuyanidad, que la distinguía como una sanfelipeña integral, de pura cepa, ejemplar y connatural, que la convertía en Hija Ilustre de sus entrañas, de su fecunda historia y de su sinonimia local.
Agremiada ejemplar!
Sus logros fueron reconocidos por el Colegio de Profesores de Venezuela, Seccional Yaracuy, en donde demostró su vocación gremialista, y es así como se crea la Orden Carmen de Ramírez, la cual se confería anualmente, cada 15 de enero, Día del Maestro, a los Profesionales de la Docencia, oportunidad en que daba discursos, densos y llenos de lecciones, que le brotaban del alma, los cuales emocionaban y hacían sentir el orgullo de ser educador. Estos actos se realizaban en el Teatro Andrés Bello de San Felipe, a casa llena, con un majestuoso protocolo, engalanado por su regia e insigne presencia. En la oportunidad de crear y conferir la orden, en mi condición de Presidente del gremio la recibí con estas palabras, en nombre de la Junta Directiva Seccional, a saber: "Carmira, que aroma tan agradable se respira cuando tú, ilustre dama, se acerca a saludar.
Que sublime y trascendente es estrechar tus finas y frágiles manos, recibir el abrazo y la fraternidad propia de ti.
Que mágico privilegio supone escuchar tu dulce voz, de donde emanan versos que deleitan.
Que honor representa conversar contigo y de viva voz, captar el legado que has bordado con sapiencia.
Oh Carmira, colega ejemplar, impronta de nuestras lides, eres la conciencia pedagógica de Yaracuy, la voz bolivariana de los educadores, el tono ético que guía, la musa andante que inspira e invita a ser mejores ciudadanos.
Oh amiga Carmira, bienvenida a tu gremio, a tu Colegio de Profesores, ese que prestigias y ennobleces, por lo que eres, por tu ejemplo y majestad en el magisterio, motivos que fundamentan la creación de la Orden Día del Educador, que honras con tu nombre."
Con Carmira cultivé una hermosa y opima amistad. Ella visitaba con frecuencia la sede del CPV y acompañados de un café, compartíamos vivencias, quimeras y experiencias profesionales.
Nuestra eterna paisana, falleció el 17 de abril de 1992, en plena semana santa, hace ya, 30 años, no obstante su legado sigue vigente y como un faro, alumbra a los yaracuyanos en su diaria existencia.
Carmira fue un gran ser humano, una demócrata integral, excelsa bolivariana y una dama con una extraordinaria vocación de servicio. Su huella en la historia de Yaracuy es indeleble, imborrable y en el marco de la conmemoración del centenario de su natalicio, elevamos plegarias a Dios por su eterno descanso y desde el cielo, imploramos, nos ilumine para lograr el reencuentro de los venezolanos, la unidad, en un marco de libertad y democracia.
Rafael Parra Barrios. San Felipe, 15 de julio de 2022.
Consultas: Onaya Ramírez Garcia, William Ojeda García, Escritos ineditos del CPV, Discurso de RafaelParraBarrios.
Fotos cortesía de Onaya Ramírez Garcia, William Ojeda García, IACEY, Centro de Historia, Biblioteca Dr. Felix Pifano e Yvel Noguera Rodriguez.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)