lunes, 31 de octubre de 2022

Andrés Rafael Parra Barrios, hermano del alma









Semblanza de Andresito 

Un 12 de agosto de 1963 nace en Cumaná, Andrés Rafael, Parra Barrios -Andresito-, cuyo parto fue atendido por el primo y amigo de la familia, Dr. Nobel Certad Millán, médico obstetra, que más adelante se  convirtió en su padrino.
 
La vida de Andresito transcurrió entre Cumaná, Ciudad Bolívar y Barquisimeto, donde demostró hermandad,
inteligencia,  sensibilidad social y un humor muy fino.

Fue un niño buenmozo,  feliz y brillante. Siempre echando broma y compartiendo con la comunidad. Su carisma era arrollador. Con todos se las llevaba bien.

do  hasta que empezó a padecer dolores de cabeza, al punto que tenía que retirarse en plena clase de la Escuela Acosta Ortiz, donde estudiaba, en varias oportunidades por tal motivo. Ese malestar se hizo reiterado y cada vez más agudo, lo que ameritó un chequeo médico, que diagnostico un tumor en la cabeza, adherido a la hipófisis, lo que ameritaba una intervención quirúrgica urgente, la cual se realizó en Caracas en el Instituto Diasnostico de San Bernardino, a mediados de 1975. .
 
La operación como tal era delicada, ya que por la ubicación del tumor, podía, según criterio médico, lesionar la vista, paralizar parcialmente el cuerpo o pasar lo peor. Llegó el momento de la operación y se complicó con una pancreatitis, lo que lo ubicó entre la vida y la muerte. Así los acontecimientos todos los hermanos se trasladaron a Caracas para prácticamente despedirlo. Al llegar vieron a Andrés hinchado, entubado y bueno con un cuadro nada alentador. Lloraron y sufrieron. Vivierob momentos muy tristes, no obstante la fe de su Mamá y de su Papá, la mantuvieron en alto, y paulatinamente se fue recuperando y se hizo el milagro. Andrés volvió a casa, nació de nuevo, caminó una vez más, y comenzó una nueva vida, con los efectos secundarios de la operación. Andrés se salvó, pero quedo con un tratamiento permanente, ya que tenía un desorden hormonal, además de diabetes insípida y mellitus. Su vida fue un vaivén, a veces bien, a veces mal. Los primeros días fueron los más difíciles, porque había que levantarlo y recuperarlo, para que volviera a la normalidad. Su mamá sacó en tan lamentable circunstancia, la casta de mujer guerrera, el temple de acero necesario para enfrentar la enfermedad de Andrés, y con el apoyo de la familia, pudo soliviantar la situación y afrontar hasta el final, su vida.
 
La enfermedad de Andrés tuvo un impacto en su conducta, ya que le impidió su desarrollo y quedó como un eterno niño, que le encantaban las barajitas, los álbumes, la música y era un gran glotón, pues se deleitaba con la comida de mamá, las arepas rellenas de queso y perico, los macarrones con pollo guisado, la ensalada rusa, el arroz con pollo y los bistec.
 
La valentía, el amor por la familia y el compromiso con la vida, lo mantuvieron de pie. Luchó, gozó, sufrió y guerreó hasta su epilogo, cuando un domingo, 9 de junio de 1991, fallece, luego de pasar días muy delicados. Antes de irse se despidió de todos con mensajes personalizados.
 
Andrés fue un gran ser humano, extraordinario hijo, un súper hermano y un amigo incondicional; un ser puro, bueno, solidario, resteado con la familia y la vecindad, que lo catapultaron a ser calificado como un auténtico Embajador de Dios en la tierra, en su morada familiar. Realmente tenerlo en el seno familiar, constituyó un honor y un privilegio, concedido por el Todopoderoso, pues su estadía de 28 años de vida, permitió convivir con una persona de excelsa calidad humana, la que disfrutamos a plenitud hasta que voló al Reino Celestial.
 
El recuerdo que guardó su mamá por Andrés fue sempiterno. Oraba y hablaba con él, todos los días. Él era y fue su eterno Angel Guardián. Su papá no soportó su ausencia, y dos años después murió. Sus hermanos, sentieron por Andrés, un amor infinito, una honda tristeza por su precoz partida y lo han tenido siempre presente en sus dias como un angel guardian.
 
Andrés Rafael fue un héroe, que luchó como nadie, para mantenerse de pie en el ámbito familiar, hasta los dias en que fue llamado  por El Señor.    
 
```Una vez un niño, que nunca dejó de serlo, llamado Andresito, el Catire, vino a este mundo a dar testimonios de fe y fraternidad.

Nació en Cumaná, un 12 agosto de 1963. Su paso por la vida fue breve, pero intenso, pues brindó hondas e imborrables  huellas de amor que evocamos y sentimos, dado el privilegio de haberlo tenido y disfrutado en nuestro hogar.

Fue un embajador de Dios en la familia, a la que amó sin límites.

Le caracterizó un fino humor. A sus hermanos le tenía un apodo y su hermosa sonrisa estaba a flor de piel.

Con el paso del tiempo tuvo contratiempos de salud, que si bien lo incomodaban, nunca mermaron su espiritu y su voluntad.

Le encantaban las arepas rellenas con mantequilla y queso, un huevo frito y el Diablito Under Wood. Que no decir de los macarrones con pollo en salsa, la ensalada rusa y un buen toddy o la ovomaltina.

El catire, simpático, apuesto y carismático, hizo de la amistad en su eterno mundo infantil, un altar, en donde coleccionaba figuritas, llenaba álbumes y compartía con sus sobrinos, amiguitos y la vecindad. 

Echaba cuentos, narraba historietas y le gustaba leer El Impulso y de vez en cuando, Yaracuy al Día. Muy culto, se interesaba por estar bien informado, hasta el punto de opinar sobre la política.

Tantas vivencias bonitas y anécdotas de Andresito, que hoy lo recordamos con cariño y honor, pues fue un gran ser humano, que se despidió de todos, dejando frases y testimonios de querencias inolvidables.
 
Le encantaba la canción: Mañana me iré... Un día, ese mañana musical llegó, cuando voló al Reino de Dios, un Santo Domingo, 9 de junio de 1991. Desde entonces es Ángel Guardian, que cuida de nosotros.

Descansa en paz, querido hermano del alma. Te extrañamos y te amamos como siempre```

Con profundo amor, tu hermano, Chucurito

San Felipe, 12 de agosto de 2022

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